La construcción de vivienda protegida en España sigue en mínimos históricos
En el 2018 se construyeron 5.167 pisos, un 92% menos
La construcción de viviendas protegidas (VPO) siguió el año pasado en mínimos históricos: según los datos del Ministerio de Fomento en el 2018 se acabaron 5.167 unidades, un 92% menos de las 68.587 que se construyeron en el 2008, hace una década.
Mientras la promoción de viviendas libres creció un 20%, y se acabaron 59.377 viviendas, la recuperación no llegó a la vivienda protegida, que en el 2017, con 4.938 viviendas, y en el 2018 han marcado los niveles más bajos desde que se tienen datos.
Las viviendas protegidas de los últimos dos años son apenas el 7% de las viviendas que se construyeron entre el 2005 y el 2009, cuando siempre se superaron las 60.000 viviendas. Los datos del ministerio señalan además que en el 2018 la mitad de las viviendas protegidas, 2.418, se construyeron en la comunidad de Madrid, destacando tras ella el País Vasco (859 viviendas), Catalunya (633 viviendas, todas ellas en la provincia de Barcelona) y Navarra (588). En siete comunidades autónomas no se construyó ni una VPO durante el año pasado.
El principal factor que frena la construcción de vivienda protegida es la falta de presupuesto de las administraciones públicas: el 88% de las viviendas que se construyeron el año pasado fueron de promotores privados (4.552) frente a sólo 615 construidas por autonomías o ayuntamientos.
Marc Torrent, director general de la Associació de Promotors de Catalunya (APCE) reconoció que “se hacen pocas viviendas protegidas y la mayoría las hacen los privados, en Catalunya, el 52%”. En cambio, lamentó, la Administración culpa a los promotores de la falta de vivienda asequible en lugar de impulsar la promoción de viviendas protegidas.
Torrent recordó que la actividad de los promotores privados se ve frenada porque en el 2018 no se publicó la convocatoria de ayudas previstas en el Plan Estatal de Vivienda, por lo que las empresas tienen sus proyectos parados a la espera de poder solicitarlas. En Catalunya, además, el plan que el ministerio impuso a la Generalitat durante los meses en que estuvo intervenida por el artículo 155 prevé sólo presupuesto para construir 600 viviendas anuales.
Los promotores, tanto privados como públicos, se enfrentan también al reto de ceñirse a los módulos o precios máximos de venta fijados por el Ministerio de Fomento, en un momento en que los costes de construcción están creciendo a tasas de dos dígitos.
(Fuente: La Vanguardia)